Imaginaros que las administraciones públicas de ciudades como Barcelona, Paris, Milan o Nueva York se den cuenta de la enfermedad colectiva que afecta a las poblaciones de sus megalópolis. Una vez reconocido el problema (probablemente el paso más complicado), sería evidente la necesidad de emplear a unos cuantos de estos "ángeles metropolitanos"...
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martes, 2 de junio de 2009
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1 comentario:
¡¡Es buenismo!!... gracias
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