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;)

domingo, 7 de septiembre de 2008

Me nutro de emociones


Si jamás hay un dios, y ese dios nos habla, su idioma son las Emociones.
Desde mis primeras clases de física y filosofía en el instituto me hago preguntas sobre lo que soy, de donde vengo, qué demonios hago aquí y a donde carajo voy. La gente me ha visto inumerables veces distraído mirando el techo, la pared, la pizarra, la nuca de mi compañero de clase, los coches pasar, el horizonte... Como un embobado perdido en pensamientos herméticos me preguntaba si a todo esto hay que darle un sentido, si es que lo hay, y si es que sí, pues ¿como?
Las primeras princesitas que me acogieron en sus cortes y, después, la facultad de Informática, se encargaron de ocuparme la cabeza con sedantes a base de hedonismo y horas de estudio demasiado técnico para dar espacio a preguntas existenciales.
Pero lo mismo que me llevaba lejos de mis anxiedades fundamentales, me llevó lejos de mi casa. A Granada.
Yo, que aspiraba a ser un buen empleado, un simpático desarrollador de software, quizás un buen padre (oye, no es que tuviese el listón tan bajo, a fin de cuentas) y a lo mejor querido amigo para alguien, me topé, a los tres días de estar aquí, con el Arte que se me manifestó bajo forma de Dani Rovira contando cuentos en la Tuareg.
Y luego fue la espiral, la caída libre de actuación en actuación hacia el descubrimiento de todo lo que tenía debajo de la alfombra sobre la cual creía que estaba volando.
Descubrí mi gana de estar al centro de la atención, mi necesidad de sentirme querido, mi hambre de miradas y después mi ego. Entonces volví a hacerme preguntas: por qué esto? Qué haces allí arriba? A donde quieres llegar? Hay algo allí que no sea sólo tuyo?
Sí. El Arte. Las Emociones, en definitiva Dios. La Princesa de los Colores, con sus ojos de oriental, me enseñó a compartir, a no buscar sino a dar sin pretender.
Me enseñó que el Arte es mucho más que un oficio. Es algo delicado, que se ofende si se ve "usado" sin respeto, algo que exige sacrificio, compromiso. Es una Reina que no quiere saber nada de "hay que comer" o "este tío nos esponsoriza". Quiere tocar donde más duele, alumbrar donde nadie quiere mirar, picar al más susceptible y espabilar al más bobo.

El Arte me ha hecho recordar. Para qué estoy aquí, a donde voy: esas preguntas siguen sin respuesta, pero las Emociones siguen hablandonos. Y Ella sabe lo que quieren decir.

1 comentario:

Dam dijo...

Oye duende, me da mucho gusto leerte !!! Me recuerdo nuestra conversacion sobre el arte y la inspiracion en este bar parisino "la belette qui tete", recuerdas ?

Estoy contigo 100% tio, la vida merece la pena salirse los dedos del c*** para luchar contre todo lo que prohibe el ser humano de expresarse !!!

Hasta luego amigo !!!